Tanto como si es la primera vez que escuchas hablar de moda sostenible o sostenibilidad en general; como si ya has escuchado estos téminos y quieres saber más; o simplemente ya lo sabes todo pero no sabes por dónde empezar. Esta entrada es para ti y te va a ser muy útil.

Yo ya pasé muchos meses investigando y volviéndome loca cada vez que se me mezclaban términos o se abría una vertiente totalmente nueva que parecía desviarme del camino de mi proyecto. Así que esto es una pequeña puesta a punto para que en vez de tiraros meses de investigación sobre el tema, os hagáis una idea general en un santiamén.

No os quiero aburrir con sermones, pero sí creo que es necesaria una pequeña introducción para formarnos e informarnos ;)

La moda sostenible no es otra cosa que la moda entendida como un ciclo en el que se cumple un equilibrio que garantiza un futuro en el que no se dañen ni a las personas ni al planeta. En la moda sostenible se tienen en cuenta todos los aspectos desde el cultivo de lametada prima hasta el deshecho de la prenda o el fin de su vida útil. Estos aspectos son tanto éticos como ecológicos y no se debe denominar moda sostenible si no cumple uno de los dos.

Como contaba en mi primer post, hice un proyecto de investigación sobre la moda sostenible y elaboré una alternativa real al problema del consumo insostenible en este campo. Para empezar a entender por qué es necesario un equilibrio en el consumo en general, es necesario tener presente el sistema de consumo actual que existe hoy en día y que se implantó hace ya varias décadas. 

El sistema de consumo actual:
Vivimos en una sociedad de consumo y nos han educado para convertirnos en consumidores. Sin embargo, estamos agotando los recursos de nuestro planeta porque nuestro modelo de consumo es lineal, no tiene en cuenta que vivimos en un planeta finito y nuestros recursos se pueden acabar.
Por eso hay que apostar por la economía circular, un concepto que apuesta por una explotación de los recursos controlada, de manera que no se destruyan ecosistemas y se le devuelva a la tierra lo que se le quita en la medida de lo posible.


En el gráfico de arriba podemos ver en negro el modelo de economía lineal, en el que nos encontramos, donde se fabrica, se vende, se usa y se tira. Es un ciclo con principio y fin. Sin embargo, en el gráfico verde se ve un modelo de consumo sin principio ni fin, en el que el desecho se convierte en la nueva materia prima, de manera que se genera menos desperdicio y no hay necesidad de sobreexplotar los recursos.

En el ámbito de la moda esto también se aplica al ciclo de vida de la prenda. En vez de tener un ciclo en el que la prenda se compra, se usa y se tira. Hay que apostar por aprovechar el residuo textil y volver al principio de la cadena.

Aquí vamos a hacer un alto en el camino para que veáis este vídeo en el que se explica todo esto que os estoy contando de manera muy gráfica y amena. Son sólo veinte minutitos y os va a quedar todo muy claro:


“Slow life” :
La filosofía “slow life” se traduce como un modo de vida en el que se consume de forma consciente. Se tienen en cuenta factores como la producción de proximidad, el comercio local, los valores éticos y que la materia prima sea sostenible. La vida “slow” no es incompatible con los avances tecnológicos siempre y cuando no aceleren el ritmo de las cosas que de verdad importan.

Muchas veces se comete el error de confundir algo sostenible con algo ecológico, dejando de lado el gran problema moral que está generando la industria textil. Así que para no caer en errores os aconsejo que os paséis por mi pequeño glosario de términos ahora o cada vez que tengáis alguna duda de concepto o significado.

Y para hacer otro alto en el camino os recomiendo dos imprescindibles para concienciarnos más. El primero es un documental y es bastante largo. Así que os recomiendo que lo veáis sin prisa un fin de semana o una tarde que tengáis un rato. El otro es una mini serie. Son varios capítulos que podéis ir viendo poco a poco, aunque os aviso que puede que os enganchen y os los veáis del tirón.




A mi, personalmente, me animó bastante descubrir que una de las blogueras de la miniserie, tras acabarla, se convirtió en una activista muy influyente en este tema y no ha parado de sacarle los colores a "HyM", compatriota suyo, dando a conocer su experiencia a sus miles de seguidores. Ella es un ejemplo de las miles de personas que compran sin ser conscientes del impacto que están causando a nivel global.

¿Y yo qué puedo hacer?:
Para responder a esta pregunta, primero quiero dejar muy claro mi punto de vista sobre la solución a este problema: No es culpa del consumidor.
Efectivamente. Tras tragarte todos los documentales y leer todo mi sermón te sientes fatal contigo mismo y te avergüenzas de tu armario. ¡No es tu culpa! Desde mi punto de vista TODOS debemos actuar y colaborar para crear un nuevo sistema de consumo (al sistema circular me refiero, ¿te acuerdas?). Sin embargo algunos tienen más poder que otros y casi siempre esos mismos son los que más culpa tienen. Me explico. Una cadena "lowcost" descubre que en la India profunda las condiciones laborales son de pena y se aprovecha de ellas para vender mucho en Europa. Lanza campañas a mansalva y productos muy baratos para que sus clientes compren más. Crece la demanda y crece la producción. Cada uno de estos temas lo hablaremos largo y tendido. Pero en resumen, estamos acostumbrados a usar y tirar. En moda a que una camiseta no nos dura ya, ni un año, si acaso una temporada, y los precios son tan económicos y las rotaciones de colección tan frecuentes que podemos comprar ropa todos los días.

Creo que las grandes empresas y los gobiernos están obviando este descontrol porque genera mucho dinero. Sin embargo, creo que debería ser su responsabilidad hacer más fácil y accesible un modelo de consumo con vistas al futuro.

Ahora bien, no quiere decir que tú no puedas hacer nada. Porque podemos ¡y debemos!
En este blog vamos a hablar de ello sin parar. Hay muchas formas de colaborar, desde reciclar a diario en casa, comprar a negocios locales o conocer la calidad y fiabilidad de los productos que nos ofrecen.  Por lo general nos vamos a centrar en el tema de la moda, que él solito trae cola, pero casi siempre vamos a poder aplicar las mismas reglas y consejos a cualquier ámbito como la alimentación o la tecnología.

Lo primero que hay que hacer es informarse. Conocer el problema (que si has leído hasta aquí ya tendrás una idea general) y no caer en engaños. Os dejo con tres pequeñas ayudas para que nos os den gato por liebre:

_LOS SELLOS: Existen muchos sellos que certifican que el producto que estamos comprando ha seguido unos controles durante uno o varios de sus procesos de producción. Pueden ser de ámbito social , ecológico o de ambos y es importante saber identificarlos. Estos son algunos de los más conocidos.

_LA ETIQUETA: Muchas veces, simplemente con mirar la etiqueta nos podemos hacer una idea de si un producto es sostenible o no. Un precio demasiado bajo junto con una producción deslocalizada nos dice mucho sobre el modelo de negocio de la tienda.

_PREGUNTA: Al dependiente, al encargado o directamente a la marca. Las tiendas realmente sostenibles se suelen esforzar por ser lo más transparentes posible para darle al consumidor toda la información relativa al producto. Muchas veces en la etiqueta falta información relativa a los tintes de la prenda o a la procedencia de los materiales. Muchas marcas completan esta información en su web y tienen una fácil trazabilidad. Otras, por lo contrario, no tienen ni idea de dónde ha salido su producto.

Espero que os hayáis quedado con ganas de más. Yo no puedo explicar todo bien en un sólo post así que, tooooodo lo que hemos hablado aquí irá poco a poco apareciendo  de forma más extensa en el blog. Espero vuestros comentarios y opiniones. Y, por último, me dirijo a todos pero especialmente los que vayáis a comentar. Quiero daros el mismo consejo que me dieron a mi poco después de comenzar mi investigación: No radicalicéis. Valorad todos los pasos por pequeños que sean.

Ésta es una lucha que necesita unidad, respeto y autenticidad. Hay que defender nuestros valores e ideas sin atacar gratuitamente ni menospreciar a nadie. A mi todas vuestras opiniones me van a interesar mucho y estaré encantada de recibirlas.

Como siempre, muchas gracias por leer y ¡que tengáis un buen día!