Las preguntas y respuestas más frecuentes


Sin lugar a dudas, mi principal preocupación a lo largo de toda la investigación ha sido la desinformación general que existe en torno a la industria del "Fast Fashion". Parece que al final, las mismas personas que ya conocen el funcionamiento y sus consecuencias son las mismas que reciben la información; así que todas las noticias y novedades se quedan en ese pequeño círculo.

Las campañas y los documentales, que poco a poco van siendo más, se quedan muchas veces en la anécdota y no trascienden más allá del tiempo en el que están presentes, que no suele ser mucho. Por eso, me gustaría ayudar a la gente que quiere cambiar sus hábitos de consumo y resolver todas las dudas de aquellas personas que hacen preguntas, para que tengan respuestas claras y prueben alternativas sostenibles al alcance de todos los bolsillos.

Consumir de forma responsable no es tan difícil como parece y es ya una realidad. Sólo falta que poco a poco deje de ser una alternativa para que se convierta en algo cotidiano. En mi proyecto, llama´a este apartado "consumir de forma sostenible y no volverse “hippy”en el intento". Era una forma cómica sin ánimo de ofender a nadie de responder a la idea generalizada de que la ropa sostenible es de "hippies". Para empezar es importante tener los conceptos claros. Si lo necesitas puedes asomarte a mi diccionario sostenible para tener claros los conceptos que estamos tratando.






Podemos mantener nuestro estilo cambiando nuestra mentalidad. Antes de seguir leyendo es importante que si de verdad uno quiere cambiar, debe entender eso exactamente, que hay cosas que van a cambiar. Pero no es incompatible con los mayores amantes de la moda. Ellos (nosotros, que me incluyo) son la pieza clave para darle eco a esta forma de vida. Es adaptar nuestro amor por la moda a un sistema de consumo que nos permita devolverle a la tierra lo que le quitamos y no destruir nuestros recursos ni pasar por encima de los derechos de ningún ser humano.

Una prenda puede ser ecológica sin ser ética. Una marca sostenible no puede tener diferencias salariales entre trabajadores de distinto género. Una marca “low” no es lo mismo que una marca “slow”. Y un material sintético puede ser ecológico. Teniendo claros todos los conceptos trabajados en la investigación podemos entender mejor el problema y no lanzarnos a tiranizar a las marcas o a los diseñadores que no son cien por cien sostenibles en todos sus procesos. El problema va más allá y en este post vamos a ver las opciones que tenemos, como consumidores de moda, para aportar nuestro granito de arena en la lucha por un mundo más sostenible.


No consiste en señalar a quién lo hace mal ni volvernos todos hippies y empezar a vestir ropa de mercadillo ibicenco en pleno enero. Se trata de enterder lo que ocurre, ser conscientes de qué esta pasando en el mundo, a nuestro al rededor y a miles de kilómetros y hacer algo al respecto. Preguntarnos y preguntar el cómo, el dónde y el porqué de la ropa que compramos y volvernos consumidores con cabeza, con criterio y sobre todo, armados con información.

La información es clave y hacerse preguntas es el primer paso. Por eso, he recopilado las preguntas más frecuentes con las que he ido topando durante la investigación. Seguro que más de una os la habéis hecho y, si tenéis alguna otra pregunta que no salga aquí y de la que queráis respuesta, os espero por los comentarios del post :)
“No soy rico. No puedo permitirme vestir sostenible.”
El comentario por excelencia. El más escuchado sin duda. Mucha gente se escuda en esta frase para justificarse. Sin embargo, además de que hay mucha variedad de precios en la moda sostenible, hay que ser sinceros con uno mismo sobre el dinero que realmente inviertimos en moda. Las mismas personas que me han dicho esta frase o similares son las que más compran. Si en vez de comprar veinte camisetas de cinco euros cada una al año, comprásemos dos a un precio real, podríamos gastar menos dinero. De nuevo volvemos al concepto inical: para cambiar hay que cambiar nuestros hábitos de consumo lo primero. Hay que comprar menos y mejor. Saber qué hacemos con nuestro dinero y no malgastarlo en ropa barata que no nos vaya a durar más de una temporada.

Todo el mundo puede permitirse vestir sostenible. La diferencia se encuentra en la cantidad de ropa que te puedas permitir comprar al año. Las opciones no sostenibles están bien para verdaderas necesidades. Pero si la necesidad es real hay muchas opciones sostenibles y baratas e incluso gratuitas como las tiendas de segunda mano o el intercambio de ropa. (De esto tengo muuuuchas ganas de hablaros!!)


“Es muy caro. Puedo encontrar lo mismo más barato en Primark.”
Por supuesto, cualquier cosa que encuentres en Primark va a ser mucho más barata que en cualquier otra tienda. Sin embargo esto no quiere decir que las otras tiendas sean caras. Simplemente Primark (y el resto de marcas “low cost”) son demasiado baratas. Es más. Son “insosteniblemente” baratas. Nos han acostumbrado a un mercado en el que todo es muy barato. Demasiado barato. Esto se debe a la externalización de los costes. La externalización de costes no es otra cosa que no repercutir los costes de salarios, obtención de la materia prima o transporte en el precio de venta del producto final. Por lo tanto no estamos pagando lo que ha costado el producto y por eso es tan barato. Hay que ser consciente de que para que a nosotros nos llegue el producto a un precio barato, muchas personas han pagado renunciando a sus derechos, renunciando a la educación o trabajando en lugares insalubres por falta de opciones.

La moda sostenible no es cara. Es justa. La moda “low cost” es demasiado barata y deberíamos cuestionarnos el por qué más a menudo. Al igual que invertimos más dinero en comer más saludable, en vehículos más seguros y en teléfonos más modernos, debemos invertir en ropa que sea saludable con nuestra piel, que respete los derechos de las personas y que ayude a preservar nuestro planeta.


"¿Hay ropa ecológica bonita?"
Por suerte, cada vez son más las firmas y diseñadores que se lanzan a cuidar sus colecciones y a sumarse a la moda sostenible, por lo que cada vez hay más opciones. Antes, la mayoría de la ropa ecológica estaba más limitada a grupos menos asociados a la moda y a las tendencias. Pero ahora hay muchas marcas que apuestan por el diseño y se pueden encontrar muchas propuestas bonitas con gran facilidad. (¡Ayyy, pero que ganas tengo de contaros más...!)


"¿Y cómo sé si lo que estoy comprando es ético o no?"
Una duda muy importante y que también surge bastante es cómo identificar si la ropa que estamos comprando es realmente sostenible. La información, lo repetiré mil veces, es fundamental.
Saber reconocer los logos certificados de los que son mera publicidad nos puede ayudar bastante. Pero el indicador más inmediato que tenemos es la etiqueta. Por el precio podemos identificar rápidamente si una prenda es ética o no.

Está claro que ninguna camiseta de 4, 99€ que compremos en una cadena low cost (con tiendas por todo el país, con miles de empleados y con fábricas en otros países, que tiene que pagar aranceles, sueldos, material y transporte), va a ser sostenible. Además en algunas etiquetas también podemos ver dónde se ha fabricado la prenda e investigar los derechos y salarios de los trabajadores de ese país.

Pero si con el precio no lo sabemos identificar, podemos preguntar al dependiente o a la marca. Cuanto menos tienen que esconder, más información encontramos en su web. La transparencia y trazabilidad de las marcas es muy importante para ayudar al consumidor a conocer toda la información que precise sobre el artículo que tiene en sus manos.


“¿Qué hago si me gusta seguir las tendencias?”
No hace falta renunciar a nuestro estilo para vestir sostenible. Hay muchas alternativas que nos permiten ir a la moda sin caer en un consumismo dañino. Además de miles de tutoriales en internet para adaptar ropa pasada de moda a tendencias pasajeras actuales, hay opciones en las que alquilar ropa actual, o intercambiarla con amigos. Aunque no quiere decir que no haya ninguna marca de moda sostenible que no siga las tendencias. Actuar con conciencia no significa dejar de amar la moda y olvidarse de la innovación y las tendencias. Más bien lo contrario. Muchas marcas y jóvenes diseñadores se esfuerzan por conseguir nuevos materiales y patronajes impolutos para ofrecer colecciones modernas y rompedoras.


“No hay variedad. ¿Ropa interior? ¿Ropa térmica?”
Es verdad que es más fácil encontrar ropa de calle sostenible que un vestido de fiesta o unas zapatillas de deporte. Pero sí que hay opciones. Además, hay marcas como “Ecoalf” que trabajan en encontrar nuevos materiales reciclados para crear tejido tecnológico. Ellos elaboran mucha ropa térmica y deportiva de gran calidad y con mucho diseño.

También existe una gran demanda de ropa interior ecológica para proteger nuestra piel de los químicos de las fibras sintéticas. Por eso, son cada vez más las marcas sostenibles las que suman colecciones de lencería a sus catálogos.

Cuanta mayor sea la demanda de ropa sostenible, mayor variedad habrá. Y cuanto antes se den cuenta los gobiernos de que se debe premiar este tipo de consumo, antes volverá la industria, podremos producir materia prima ecológica y podrán bajar los precios de la moda sostenible.


“¿Dónde puedo encontrar moda sostenible?”
Estoy trabajando en ello. Veréis que mi pestaña de "Tiendas Sostenibles" está en construcción. Existen muchas tiendas, sobre todo online con una lista de tiendas físicas y online al final del documento. Además, antes te hablaré de otras opciones para que no haya excusas.

Cada vez es más fácil encontrar moda sostenible. Hay más marcas, se habla más del tema y se promocionan en las redes sociales a través de blogueros y de sus propios clientes. Las grandes marcas, tanto “low cost” como no, también están ofreciendo en muchos casos productos ecológicos y ayudan a dar a conocer la existencia de este producto.


“Podrían estar peor. Podrían estar prostituyéndose”
Así de claras han sido las respuestas de muchas personas al problema del Fast Fashion. En el mundo hay muchos problemas y el hecho de que unas cuentas chicas en la India trabajen en un fábrica es un lujo cuando podían estar porstituyéndose en la calle. Más o menos es la respuesta de mucha gente acerca del problema que expongo.

El hecho de que tantas personas trabajen en fábricas textiles, en plantas químicas donde se tiñen vaqueros o que haya niños trabajando en vez de jugando, es un problema que ha generado el sistema de consumo que nos rige hoy en día.

Hemos creado un sistema en el que la acelerada demanda de productos baratos ha generado un sistema de explotación de recursos y contaminación insostenible y negativo. Por ello, la explotación de los recursos y la producción se han trasladado a países del tercer mundo donde los problemas de los demás se ven muy lejos. La explotación de los recursos ha generado todavía más pobreza en estos países y el traslado de la industria se ve como una salvación para dar trabajo a las personas a las que se les ha quitado y no les queda más opción de trabajar en las fábricas y talleres a pesar de su toxicidad.

En mi opinión es muy egoísta mirar hacia otro lado y pensar que no es culpa nuestra cuando lo único que hacemos es consumir desmedidamente y no pensar en las consecuencias de nuestro modo de vida.
Y hasta aquí la ronda de preguntas que más he escuchado y que alguna vez me había hecho yo misma. Me encantaría añadir más según nos vayan surgiendo, que me digáis si tenéis vosotros alguna otra pregunta o si habéis escuchado otras. Así podremos resolverlas juntos y compartir nuestras experiencias.
¡Muchas gracias por leer!
¡Besos!


5 comentarios
Deja aquí tu comentario:

  1. Hola Laura,

    Me encanta tu nuevo proyecto, estaba deseando sentarme un rato tranquilamente a leerlo y tengo ganas de leer más posts. Es un tema que me interesa mucho y creo que es muy positivo que se hable de ello, para intentar concienciar a la gente de algo tan necesario.

    Creo que uno de nuestros problemas es que en España no se valora lo artesanal, es decir, no se valora el tiempo que alguien ha empleado en comprar la tela de forma sostenible y crear la prenda con sus manos para luego venderlo. Todo ese proceso hace que el precio de la prenda sea más caro inevitablemente. Tenemos que cambiar de mentalidad y valorar el trabajo a mano para poder frenar a las grandes marcas que fabrican en condiciones lamentables a cambio de vender a precios ridículamente bajos.

    Un abrazo grande, nos seguimos leyendo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exactamente. Estamos acostumbrados a que las cosas sean demasiado baratas. Enganchados como estamos a "masterchef junior", comentaba mi chico que viendo cómo trabajan en las cocinas se entiende y se justifica el precio de los restaurantes de autor. Creo que es lo mismo con todo lo artesano, con el buen hacer y con las artes.
      Muchas gracias por pasarte! Un abrazo. Nos leemos :*

      Eliminar
  2. ¡¡GRACIAS Laura!!
    ¿Alguna recomendación sobre ropa deportiva "limpia"? Fuera del 2nd hand no encuentro nada, sobre todo en calzado para salir a correr & co :(

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti Marta!! Que cada vez que coincidimos sacamos el tema!
      Pues en deporte me cuesta bastante encontrar pero encontraré. Estoy deseando tener lista la pestaña de tiendas sostenibles que quiero hacer por categorías porque parece súper difícil encontrar todo tipo de ropa sostenible, no sólo ropa de calle.
      En ecoalf tienen zapatillas y también hay una marca alemana que se llama lunge manufaktur. De ropa está Aum Activewear, que tiene más bien ropa de yoga y no sé si conoces "fairchanges". Es una tienda online multitarea de ropa sostenible y tienen alguna cosilla de deporte.
      A ver si me pongo las pilas con el listado de tiendas sostenibles y os ahorro búsquedas eternas! :)
      Un abrazo!

      Eliminar

Gracias por comentar. Tus ideas y opiniones son muy importantes :)