El consumo "slow"

¡Buenas!
Ya nos hemos quitado de la cabeza que la moda sostenible es fea y de poca calidad. Ahora vamos a lo más difícil, a cambiar nuestra mentalidad de consumo. En mi Guía para iniciarse en la moda sostenible, hice referencia a la sociedad de consumo en la que vivimos y en la que nos hemos criado.

No tenemos que sentirnos malas personas por llevar toda la vida comprando compulsivamente y sin sentido. Es para lo que nos han educado, es lo que nos transmiten todos los medios de comunicación y lo que se supone que debemos hacer. Es más, alguien que no consuma es rápidamente identificado como diferente. A veces leemos artículos sobre personas extraordinarias que llevan un modelo de vida en el que no generan residuos y nos parece algo extraterrestre, como la neoyorquina Lauren Singer y su filosofía “cero basura”, que utiliza envases de vidrio y quiere acabar con las bolsas de plástico. Y, sin embargo, esto debería ser lo normal. Generamos demasiado residuo para los recursos que existen.

Hay que ser conscientes de que el mundo no es eterno ni que nuestro planeta es infinito. Los recursos se agotan. Las grandes empresas y los gobiernos luchan por el control del petróleo, un recurso que pronto va a agotarse, cuando deberían centrar sus esfuerzos en desarrollar nuevas tecnologías sostenibles ¡ya!, porque algún día harán falta. Todo esto no es agradable de escuchar, pero cuanto antes lo aceptemos y lo tengamos presente, antes lo asimilaremos y nos concienciaremos.


Por otro lado, hay que tomar conciencia también de las personas. Dejar de pensar solamente en nuestro entorno cercano y entender que el mundo entero está conectado y que cambia inesperadamente. El hecho de que unas personas que están a miles de kilómetros estén luchando por sus derechos mientras las grandes empresas se benefician a su costa, también debería ser problema nuestro. Al fin y al cabo también somos personas trabajadoras, también nos manifestamos y también queremos un salario que nos permita llevar una vida acomodada. No está bien mirar hacia otro lado si sabemos que hay un problema que podemos denunciar de manera tan sencilla como dándole eco en nuestras redes sociales o colaborando en la medida de lo posible como consumidores.

La primera parte, aceptar la realidad del impacto de nuestro consumo en el mundo, es la parte más difícil. Si pensamos en el impacto de la moda en el planeta no alcanzamos a visualizar el daño que está causando a nuestros ecosistemas. Y es sólo el mundo de la moda. El resto de productos de consumo gastan un mayor volumen de recursos y contaminan más. Así nos podemos hacer una idea de lo mucho que necesitamos cambiar y de que cambiar nuestra forma de consumir moda es sólo un pequeño escalón por el que podemos empezar.

¿Cómo puedo ser un consumidor responsable?
Antes de lanzarnos de cabeza a buscar tiendas online de moda sostenible, he recopilado una serie de consejos para empezar a mentalizarnos y que sea muy fácil cambiar nuestra forma de consumir.
La idea es intentar identificar lo realmente sostenible de lo que no lo es y también lo que merece la pena y lo que no. A veces, algo que no es cien por cien ecológico puede ser sostenible dependiendo de muchos factores. Para conseguir esto, insisto, tenemos que cambiar nuestra mentalidad.

No quiere decir que cambiemos quiénes somos, pero si queremos contribuir a un mundo sostenible no podemos tener hábitos insostenibles, y en la moda eso básicamente se centra en la manera que tenemos de ver y comprar moda.

Antes de comprar:
Antes de comprar hay muchas opciones si queremos añadir algo a nuestro armario. El consumidor responsable no sale a comprar a lo loco.

_Iniciación al consumo sostenible: el armario perfecto
El primer paso para iniciarnos en el camino a la sostenibilidad es echarle un vistazo a nuestro armario. Ya os contaré la clasificación que hice yo del mío, pero os adelanto que me quedé con la mitad de lo que tenía. Ahora, no nos volvamos locos y tiremos a la basura todas las camisetas del Primark. No se trata de eso.
Haciendo una limpieza y organizando nuestra ropa podemos hacernos una idea bastante aproximada de lo que tenemos, de lo que nos sobra, de lo que usamos más y de lo que usamos menos. No hace falta hacer un estudio detallado, basta con hacer una clasificación final para donar lo que no usamos, reciclar lo que aún se puede usar y ordenar todo de nuevo.
Una vez limpio y ordenado tendremos mucho más claro qué cosas echamos de menos en nuestro armario, qué necesitamos realmente y qué prendas se pueden transformar para copiar tendencias que sabemos que van a durar poco. Un armario ordenado, en el que sabemos qué hay exactamente y dónde encontrarlo es un armario perfecto. Un armario que de gusto abrir y del que uno se sienta orgulloso. Es el primer paso para construir nuestro armario sostenible.

_Ir de compras al armario de tu pareja
O al de tu madre o al de tu hermana. Si no vives solo, tienes en tu casa mucha más ropa de la que piensas. Así que la próxima vez que pienses que no tienes nada que ponerte, haz una excursión a otro armario y pide un pequeño préstamo.
Muchas veces vemos las prendas de otras personas de forma distinta a cómo las ven ellos y otras veces simplemente nos sientan diferente. Son prendas que no hemos adquirido nosotros y a las que les podemos sacar mucho partido. Una ocasión puntual, como una entrevista de trabajo inesperada, no tiene que ser una excusa para ir a comprar ropa nueva.

_Conviértete en tu propio estilista personal
Aprovechando que hemos hecho limpieza en el armario hemos descubierto ropa que apenas nos poníamos y hemos detectado ropa que nos ponemos muy a menudo y, por norma general, toda la ropa que tenemos, siempre la combinamos igual. Puede ser un buen momento para darle a la imaginación y utilizar realmente el cien por cien de nuestro armario con estilismos nuevos, combinaciones que no hayamos usado nunca y saliendo de la zona de confort.

_Arregla, recicla, transforma.
Bueno, los que ya me conocéis sabéis que esto es todo un mundo y que con unos sencillos pasos es fácil cambiar el aspecto de una prenda. Quizás, mucha de la ropa que hemos desechado en la limpieza del armario está en buen estado pero no es de nuestro estilo, o nos queda grande o le faltan los botones.
A lo mejor tienes una abuela que cose de maravilla y te estrecha un pantalón, ya que los pitillos parece que no van a pasar de moda nunca. También puedes ir a tu zapatero a que cambie las tapas de tus tacones o a que acorte la cadena de un bolso. Siempre que podamos, deberíamos intentar alargar la vida de nuestra ropa al máximo.


En la tienda: 
Una vez que hemos agotado las excusas y decidimos ir a comprar un producto, además de la cartera es importante no dejarnos la cabeza en casa. Si además vamos con una idea clara de qué es lo que estamos buscando y con una imagen clara de nuestro armario, nos será mucho más fácil hacer una compra sostenible.


_Comprar con cabeza
En el momento en el que nos convertimos en consumidores responsables se nos tiene que quitar la mentalidad de comprar por ocio o por aburrimiento. No quiere decir que esté mal el hecho de comprar ropa y mucho menos si es sostenible. Podemos seguir disfrutando de nuestro momento de compras pero intetando que no sea el motor que rija nuestras vidas. Hay que luchar contra el mercado consumista que nos impulsa a estar contínuamente adquiriendo nuevos productos que no necesitamos y que no van a suponer ninguna ayuda o mejora en nuestras vidas.
Está en nuestra mano que compremos porque queremos, no porque la sociedad nos empuje a ello.

_Siempre, siempre, siempre hay que mirar la etiqueta.
Es algo que no cuesta nada y que debemos acostumbrarnos a hacer. La etiqueta es el medio que tiene la marca de informarnos acerca de su producto. Cuanta mayor información contenga, más transparente es la marca y más seguridad tendremos de comprar un producto realmente ético y ecológico.
Muchas veces podemos encontrar información confusa en las diferentes etiquetas y carteles (también hablaremos de esto largo y tendido). Las marcas que realmente se preocupan por tener un producto responsable, suelen tener a la vista los logos certificadores. Conocer estos logos nos da el poder de saber a primera vista si el artículo se ha hecho con materiales ecológicos, si los procesos de producción están controlados o si se han tenido en cuenta todos los procesos que envuelven a la prenda.
Hay que tener mucho cuidado con los sellos no certificados que no están regulados y que no significan nada realmente.

_Menor cantidad, mayor calidad.
Menos y mejor. Esta es la nueva imagen que queremos que tenga nuestro armario. Menor cantidad pero mejor calidad. Que todo lo que entre en nuestro armario nos guste y sea de buena calidad para que nos dure mucho tiempo como nuevo. La cantidad dependerá más bien del presupuesto que tenga cada uno.
Lo mejor que podemos hacer es comprar ropa que nos encante, que nos siente bien y que sepamos que le vamos a dar por lo menos treinta usos, como promueve la activista Livia Firth. Por eso es importante mirar bien la etiqueta, para saber si la calidad del producto es compatible con una vida larga.

_No te quedes con la duda, pregunta
No siempre encontramos toda la información en las etiquetas. Como mucha de ella no es obligatoria, supone una pequeña forma de ahorro para muchas marcas. Eso no quiere decir que sean mejores ni peores, simplemente no han tenido en cuenta algunas dudas que nos pueden surgir al comprar un producto. Por eso es muy razonable acercarse al dependiente y preguntarle acerca del origen de la prenda, de la composición de los materiales o de la base de los tintes.
Si el dependiente no ha sido informado siempre se puede acudir a la información de la web o preguntar por el encargado. Nunca hay que quedarse con la duda. Y en caso de no poder resolverla, es mejor no comprarlo. Por lo general, los productos realmente sostenibles se esfuerzan bastante en promocionarse como tal, así que si algo no está muy claro seguramente sea porque no cumple algún requisito.

_Invertir en el fondo de armario
Este es un consejo que dan muchas revistas de moda y tienen mucha razón. Las prendas básicas que definen el estilo de nuestro armario y que son las que más marcan nuestra personalidad y forma de vestir son las más importantes y las que seguramente más vayamos a usar. Por lo tanto es muy conveniente hacer una inversión mayor (si fuera necesario) para adquirir estos productos de muy buena calidad, que aguanten muchos lavados y que nos acompañen durante muchas temporadas.
Una camiseta blanca, un vaquero que nos siente bien, una gabardina... Son piezas clave del armario que nunca van a pasar de moda y que da mucha rabia tener que cambiar temporada tras temporada. Al final el dicho “lo barato sale caro”, en este caso, tiene mucha razón.

_Promueve el comercio local
Estamos viviendo una época de crisis en la que han habido muchos cambios en el mercado y en la que muchos empresarios se han visto afectados. Comprar productos que han sido elaborados con materias primas españolas, o en una tienda cuyos propietarios son del barrio, contribuye al crecimiento de nuestra economía y ayuda a estas personas a competir contra las grandes cadenas ofreciendo prouctos más especiales.
Además, el comercio local tiene un menor impacto ambiental ya que gasta menos recursos en transportes. 
 

Después de comprar

Ya hemos hecho nuestra compra sostenible, pero ahí no acaba nuestra responsabilidad como consumidores. Es nuestro deber darle una vida larga y digna a la prenda y buscarle un lugar dentro de nuestro precioso, perfecto y ordenado armario.

_Introdúcela en tu armario como se merece
Nuestra nueva prenda, de la que estamos muy orgullosos, ya ocupa su sitio en nuestro impoluto armario. Es el momento de sacar nuestra pasión por la moda y crear combinaciones mentales con el resto de ropa para ir pensando con qué estilismo lo vamos a llevar. Vamos a darle uso y a sacarle el partido que se merece. Nunca debemos volver a las antiguas formas en las que teníamos ropa con etiqueta en el armario o nos cansábamos de una camiseta después de ponérnosla dos veces. Nuestra nueva camiseta no se va a estropear en la lavadora ni va a perder el color con sólo mirarla. La hemos comprado con cabeza y por muchas razones. Difícilmente vamos a perderla en el fondo del cajón.

_Composición y cuidados de la prenda
Para asegurarnos de que nos dura mucho tiempo como nueva hay que tratarla con mimo. Hay que informarse de la forma adecuada de lavar nuestra prenda, de plancharla y guardarla limpia y con bolsas antipolillas cuando no la estemos usando por uan temporada.
En internet además se pueden encontrar muchos tutoriales para hacer en casa detergente ecológico. También se puede comprar y es una forma de cuidar nuestra piel además de nuestra ropa ya que no llevan químicos agresivos. Son respetuosos con el medio ambiente y suelen ser biodegradables.

_Dale una segunda vida a tu ropa
Una vez que se ha aprovechado la prenda al máximo y ya no de más de sí se le puede dar una segunda vida. Sí aún está en buen estado pero ya no te la pones porque no es tu estilo o tu físico ha cambiado, puedes transformarla como con la ropa que ya tenías en tu armario antes, repitiendo el ciclo.
Por otro lado se puede donar o regalar a amigos y familiares que le vayan a dar uso. De cualquier forma la mejor despedida de tu prenda sostenible será alargar su vida lo máximo posible y en el último de los casos desecharla.
Lo ideal siempre es comprar con criterio y una buena idea puede ser ir con una lista, como cuando vas a hacer la compra. Así nos será más fácil luchar contra la infinidad de anuncios publicitarios que incitan a comprar sin pensar.
¿Qué os ha parecido este post?
¿Veis viables estos pasos?
¡Espero vuestros comentarios!
¡Gracias por leer!
¡Besos!

2 comentarios
Deja aquí tu comentario:

  1. Los pasos que propones son 100% viables, ojalá se difundan tus mensajes y todos dejemos de mirar para otro lado con estos temas.

    En cuanto a las etiquetas, ¿qué tipo de fiabilidad te puede dar una etiqueta de las que sólo pone "Made in Italy" "100% algodón"? Es una etiqueta que me encuentro de manera relativamente frecuente en las típicas tiendas pequeñas que venden ropa suelta, un poco "hippie", que suele estar clasificada por colores.. (no se me ocurre una manera de describirlas mejor, pero no sé si sabrás a cuales me refiero).

    De nuevo, mil gracias por tú estupenda labor!

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    Respuestas
    1. Hola Beatriz!
      Efectivamente, no es tan complicado, es acostumbrarse :)
      Pues la verdad que yo me he vuelto bastante desconfiada. Siempre puedes preguntarle al dependiente si sabe algo. Ahora, como decía, la etiqueta del origen no es obligatoria, y no se suele verificar. Y aunque la de la composición sí que es obligatoria, en muchas marcas, por temas de ahorro, suelen hacer un etiqueta del material que más tengan. A lo mejor pone 100% seda en todas las prendas de una tienda, pero no todas lo son. Sin embargo, en el taller de producción mandan a poner esa etiqueta a todo porque es obligatoria. Si les cae una inspección les pueden multar, pero se hace bastante, lamentablemente.
      Por el precio te puedes orientar un poco y en el caso del algodón puedes comprobarlo arrugándolo, si se marca un poco la arruga es algodón, si no se marca puede ser poliéster.
      De este tema podemos hablar largo y tendido, me parece muy interesante para dedicarle un post completo a tu pregunta, porque la verdad que es jugoso ;)
      Gracias por escribir!!
      Un beso!

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